sábado, 12 de julio de 2008

crt-2

....[increí]ble.... no sé [si] .............ble pero supongo que podría ser peor. Ir por una molestia en la garganta y no darse cuenta que has caído en las fauces de un falso profeta. Lo más extraño, o difícil de explicar, da igual, era la mirada perdida. Era aquel tipo de mirada que parece buscar en frente de sí las palabras recién pronunciadas, so pretexto de desmontarlas y re-pronunciarlas para darles al menos una forma digna del mejor entendimiento posible. Probablemente [tra].... reflejando mi desconcierto en su mirada. El punto es el que no había. "Es esa-continuó-la nueva empresa en mi vida. ¿Pero tú no has visto cómo está el mundo? Mira cuantos homosexuales hay rampantes en la calle, mijo: ¿tu te crees que Dios realmente quiere eso para nosotros? Y es sencillo chico: al hombre se le olvida que en la práctica de esos actos de depravación convertimos la tierra en Sodoma y Gomorra. ................. ....s s....ci ....: la traición[tradición?] humanística nos dice que el hombre es bueno por naturaleza, y es la sociedad la que lo daña. Mi ministerio y yo creemos que el ser humano es malo, bien malo, por naturaleza; y yo quiero darle ese camino, esa senda correcta por donde caminar y no perderse." ¡La tradición humanística, viejo! ¿A qué se refería con la tradición humanística? ¿A cuál tradición humanística? O sea, en el nombre no solo de dios, sino de algún otro invento adicional del ser humano ahora no soy solo curandero de cuerpos, sino sanador de almas? "V......, ...ira a tu alrededor! Sufrimiento, muerte, ..........muerte.... Y el hombre lo disfruta, sencillamente lo disfruta. Nosotros creemos que debemos empezar a unirnos alrededor de los verdaderos profetas como yo en nombre de un futuro ...... ............ ...... . ......... Mira estos homosexuales que andan por ahí....... Nosotros necesitamos, al igual que a los enfermos, curarlos: curarlos y enseñarles el buen camino del Señor..."

Mi mano, ligeramente temblorosa, no pudo aguantarlo más, abrió la copia de "El lector" que llevaba la otra mano, sacó el lápiz y en un movimiento casi real, se lo clavó en la yugular. Nunca han sentido estás manos la viscosa humedad viviente de la sangre, que chorreaba desde su cuello, manchaba su bata blanca del oficio suyo, y se empozaba allá abajo, junto a sus zapatos, formando alrededor de la silla una mancha rojo-oscuro que asemejaba el hueco en la tierra por donde su silla hubiera descendido a los infiernos, si éstos existieran en la vida "real". Fue ahí cuando me di cuenta de que mi imaginación aún es mucho más poderosa de lo que había considerado hasta ese día. Había estructurado varios argumentos que la endemoniada laringitis nunca me permitió esgrimir, se atoraron en el cerebro y creo que a eso prefiero atribuirle el sopor y el mareo que sentí en ese momento, el cual el desafortunado galeno nunca notó. Supongo que en el espacio vacío al cual miraba veía la grandeza de su dios. Se levantó, salió del despacho hacia el despacho continuo, y regresó con dos cajas en la mano. "Este lo vas a abrir así: esta parte rosita abajo, la giras a la izquierda, y le quitas la tapa. Vas a aspirar una o dos veces, no hasta los pulmones, sino hasta la garganta, y lo botas por la nariz. Una vez al día. Este otro, es Nasonex: dos sprays en cada fosa, una vez al día. En catorce días ya vas a estar hablando como nuevo. Recuerda los ejercicios de respiración, y recuerda: eres bienvenido en mi ministerio, tu y tu mamá, cuando quieran. Empezamos esta noche aquí mismo."

Cuando lo vi desde ......... nunca pensé que la imagen pudiera ser más perturbadora. Su mano izquierda sobre la frente de una señora arrodillada y la otra con la Biblia (o algún otro libro, da igual) en la derecha, no mirando hacia arriba, con los ojos cerrados.... ........... ...... ............además, el letrero rojo y negro que decía CLOSED no me dejaba ver claramente el resto de la congregación. Había pensado alguna vez que la proliferación de iglesias y denominaciones de todo tipo en esta .......... se debía ........... mente a la mentalidad .............., a la falta de educación, o a cualquier otra de esas excusas que usamos los que no creemos para disculpar nuestro ateísmo. Al ver el incipiente ministerio que nacía dos cuadras más abajo del lugar donde había un árbol sin frutos en el cual disfrutaba escalar, recordé una vieja canción: para un alma en pena, cada piedra es un altar. Supongo que es altar cualquier piedra, así la piedra sea uno mismo.

El próximo día la fiebre no me dejó llegar a casa y tuve que llamar Pamela para que me salvara el pellejo nuevamente. Para cuando Sanabria me envió al laboratorio, la infección se había vuelto más fuerte. Ahora escribo bajo los efectos de su nueva receta y me pregunto si realmente el doctor usa su bata blanca para la sanación de las almas también.

Cosas veredes, viejo, tú que lo has visto todo.

RL.