domingo, 2 de noviembre de 2008

Otro

Parecen poemas. El anterior pude traducirlo completo, pero éste parecen los garabatos del demonio. El título lo he pensado yo, por lo que dice. Nisiquiera las cartas de Macedonio Fernandez que logré leer en Notre Dame eran tan difíciles de transcribir como estas. Hasta ahora, esto es lo único que tengo:

La [prisa] fresca en la piel que desgasta
..............partículas cutáneas microscópicas
................... El grito a lo lejos que dese allá
O desde acá, llega a ....... oídos, desconocido:
Inaudito y pesado como sordos testigos
De la destrucción lenta y disimulada del mundo
[verso ininteligible]

es la levedad de la brizna que cae de un árbol
Que se quema: es la ceniza y es el fuego:
Es la conjunción .......................... verbales
Y la sucesión de cada una cuando las leo,
Las digo, pero no cuando las pienso, creo…

La profundidad de la vista a cuanto llega y no alcanza.
Y su regreso hacia mí y hacia mi cuerpo que avanza....

el constante sepulturero

Cada paso es un golpe más en la tierra,
¿A nombre de quién? Si yo no quiero
Esta condenada anatema de oscura procedencia
¿por qué insistir en el sonido opaco de tus golpes
Que cavan uno y otro y otro y otro
Mis triunfos y fracasos sin que ocurran?
Y si decido ignorarte, y pensarte muerto
Y huir de tu existencia no puedo, porque
Te mantienen vivo golpe a golpe, verso a verso
Segundo a segundo, haciendo camino al morir
Cada vez que te miran existes, en todo espacio
Que exista sobre la tierra aunque no lo conozca.
Y tecleo tecleo tecleo para ignorar tus golpes secos
en la tierra, que ofrecerá su privacidad a la caja
donde no estaré porque ya no voy a serlo; eso
que ahora escribe estos versos que no son más
que paliativos momentáneos a tus disímiles palas
y a tus golpes secos: tus nefastos mensajeros.