domingo, 2 de noviembre de 2008

el constante sepulturero

Cada paso es un golpe más en la tierra,
¿A nombre de quién? Si yo no quiero
Esta condenada anatema de oscura procedencia
¿por qué insistir en el sonido opaco de tus golpes
Que cavan uno y otro y otro y otro
Mis triunfos y fracasos sin que ocurran?
Y si decido ignorarte, y pensarte muerto
Y huir de tu existencia no puedo, porque
Te mantienen vivo golpe a golpe, verso a verso
Segundo a segundo, haciendo camino al morir
Cada vez que te miran existes, en todo espacio
Que exista sobre la tierra aunque no lo conozca.
Y tecleo tecleo tecleo para ignorar tus golpes secos
en la tierra, que ofrecerá su privacidad a la caja
donde no estaré porque ya no voy a serlo; eso
que ahora escribe estos versos que no son más
que paliativos momentáneos a tus disímiles palas
y a tus golpes secos: tus nefastos mensajeros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hermoso.
Quizas sea la frialdad que me hizo sentir, el coraje, quizas, aun no termino de definir exactamente que fue... pero al leerlo provoco muchos sentimientos en mi.
Por eso me gusta. Corto, fuerte, duro... Realmente bueno.